Me embarco en esta aventura de escribir, en primera porque he oído que el escribir es terapeutico, y que mejor cura que uno mismo. La segunda razón se basa sobre el hecho vergonzoso que es mi incapacidad para ser sincero conmigo mismo. Si este blog tiene como finalidad conocerme. No quiero, al menos por ahora, que alguien mas lo lea.
La gente en general me trata como una persona a medias, a que me refiero con una persona a medias? A que solo conocen lo que yo he querido que conozcan. Quizá esto no sea totalmente cierto, pero como ocurre con muchas premisas e ideas, se requiere de un grado de certeza para que dicho idea pueda seguir existiendo. Como iba diciendo la gente no me conoce. La razón no la conozco todavia, aun no me muestra la cara, tan solo he visto su nuca y por nuca me refiero a mi pasado. Un pasado que se muestra incompleto y turbulento como un pantano.
Solo se que sufrí, como todos claro; no estoy queriendo hacer de mártir. Mi sufrimiento afecto mi lado social de una forma terrible, al grado de sufrir de ataques de panico. El silencioso malestar en mi estomago, el entumecimiento de mis miembros al subir las escaleras y el miedo de levantar la mirada. Recuerdo que al llegar a mi salon sentia un gran alivio. Podia respirar con normalidad, mi ritmo se acompasaba. Pero enseguida me ponía alerta para recibir a mis compañeros fuente de mi malestar. No es que los culpe, pues ellos no saben y no sabían que daño me causaban.
Me daba miedo la gente, pero mas que la gente, que pudieran decir de mi, que les pudiera molestar de mi y que pudieran hacer al respecto. Recibí abusos si, pero los abusos no eran mi nemesis. La soledad era mi verdadera enemiga. Sin embargo con el tiempo el sindrome de Estocolmo me termino uniendo a ella. Y hasta el dia de hoy aguarda en cada rincón y me lanza esa sonrisa tenebrosa que muestra un futuro invisible.